Como no podía ser de otra manera, estaba deseando tener una merienda con sus amigos.
Con la intención de hacerlo un poco diferente y más natural, esta vez, pensamos hacerlo, con un grupo muy reducido, y en casa: Tranquilos, tranquilos.
Para ello, Iker eligió a cinco de sus mejores amigos.
Preparamos su merienda, y lo pasamos muy bien.
Además, para que la merienda tuviera un toque especial, les dimos un regalito de despedida, que les encanto.
Os cuento:
4 días antes, preparamos una masa de galletas de mantequilla. Vamos, la que hacemos siempre. Esa tan rica, tan rica, tan rica...
Con la ayuda de Iker, cogimos los cortadores de galletas con las formas de las letras de los nombres de los amigos que iba a invitar.
Algunas de las letras, las hicimos varias veces, por si acaso. No fuera que alguna nos saliera mal. En estos casos, es mejor prevenir...
Así pues, horneamos varias galletas, todas blanquitas y preciosas en forma de letras.
¡Ya casi estaba! Ya teníamos la base del regalo.
Al dia siguiente, me fui al super, y compré 5 tupers alargados.
Cogí una cartulina, y corté varios círculos con la troqueladora de círculo ondulado.
En cada cartulina, escribí el nombre de cada niño.
Por su parte, Iker se encargó de escoger las tiras de los washitapes, y de pegarlas al tuper y a las cartulinas.
¿Y veis? Quedó así de bonito.
Después de merendar, antes de que los niños se fueran al parque a jugar un poquito, les dijimos que se acercaran a la entrada.
Cada uno de ellos, cogió la cajita que correspondía a su nombre.
Con las cajitas en la mano, se acercaron a la cocina.
Sacamos el bote de galletas, y empezamos a repartirlas.
El reparto fue muy divertido. Cada vez que aparecía la letra de uno de ellos, se ponían súper contentos... ¡Se lo estaban pasando pipa!
Os cuento una anécdota:
Uno de los niños, se llama Xabier. Pero todos le llaman Xabi.
Yo, muy inocente, a la hora de calcular las galletas, horneé 4 galletas con su nombre Xabi.
Cuando Xabi iba rellenando su caja, y ya había metido sus 4 letras, me dijo: "Libe, a mi todavía me faltan 2 letras".
¿Que le faltaban 2 letras? Pero... ¿Cuales?
"Sí, me faltan dos: la E y la R".
Claro... como se llama Xabier.....
¡Vaya! Me quedé en blanco. Pero... ¿y si no tenia las 2 letras que le faltaban?
Por suerte, al hacer varias letras repetidas de repuesto, y con la casualidad de que 2 de los niños se llamaban Iker, disponía de las letras ER.
Menos mal, que en esta ocasión la suerte me acompañó, ¿verdad?
Respiré aliviada. Cualquiera le decía que se quedaba sin sus dos letras. Con la ilusión con la que las estaba esperando...
En fin, que fue todo un éxito.
Les encanto, este detallito, que no nos costó nada, y lo hicimos con mucho cariño con la ayuda de el cumpleañero.
El, como no, les comentaba con orgullo a los compañeros: "Las galletas las he hecho yo, con la ayuda de mi amatxo".
Y todos tan contentos...
Ya que ahora Iker lo utiliza, para guardar otro de sus mayores tesoros...
Los globos de agua, que vienen tan bien en verano.
¡Espero que os haya gustado!
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