Pero no es lo mismo... no...
La vida está llena de sorpresas, ¡ya lo veis!
Y yo que pensaba que hacer pan en casa era complicado... ¡Pero si es cosa de niños!
¡Y además está buenísimo! ¡Y lo mejor es que... se hace enseguida!
Y como siempre se dice... Yo no se si es por que lo he hecho yo... pero modestia aparte, está buenísimo.
Es un pan blandito, con la suavidad del pan de molde, y acercándose un poquito a la consistencia de miga del pan casero. ¡Perfecto!
Para ser la primera vez, me he animado ha hacerlo con harina de Espelta (Escanda).
¿Qué por qué lo he hecho con esta harina??
Pues sinceramente, porque lo encontré en una de las baldas del Carrefour. Buscaba una harina especial, sin tener ni idea de harinas, y me pareció que era una buena elección. Instinto... sin más...
Ahora sé, después de indagar un poco, que la harina de espelta es de una variedad de trigo, que aguanta muy bien el clima frio. Y que en España, principalmente se cultiva en Asturias.
Ni los insectos ni los contaminantes, tiene acceso a la cascara que envuelve el germen de trigo. Es por so que es un trigo que no necesita ni fertilizantes ni pesticidas. Es muy común en la agricultura ecológica.
En comparación con el trigo común, proporciona más carbohidratos, proteínas, fibra, vitaminas B1 y B2. Es fácil de digerir, pero esta harina no es apta para las personas celíacas porque contiene una cantidad moderada de gluten.
La harina de escanda puede sustituir a la harina de trigo común en cualquier elaboración, sea dulce o salada, podemos hacer todo tipo de panes, bizcochos, magdalenas, galletas, y es ideal para los rebozados, porque su sabor es especial, intenso y ligeramente dulce con recuerdos a frutos secos.
Es una harina unas 3 veces más cara que la harina panadera.
Pero merece la pena, ya que el resultado es fabuloso.
¿Os animáis?
Es sencillísimo de hacer, y apto para principiantes con cero de experiencia.
Esa era yo..., ¡¡¡HASTA.... AYER!!!
¿Os cuento como lo he hecho?
Estos son los ingredientes:
INGREDIENTES PARA UN PAN QUE ESTÁ PARA CHUPARSE LOS DEDOS:
- 660 gr de harina de Espelta (ó harina panadera si se prefiere).
- 440 gr de leche semi-desnatada.
- 25 gr mantequilla.
- 5 gr de azúcar.
- 10 gr de sal.
- 5 gr de levadura seca de panadería (ó 15 gr de levadura fresca).
1.- Mezclamos todos los ingredientes: Así así... a lo burro, directamente, en el robot amasador. Si disponéis del accesorio del gancho, perfecto.
En su defecto, tendréis que amasar a mano: Escribiendo en You toube "amasar pan", lo explican perfectamente.
Pero no os voy a mentir... yo todavía no me veo haciéndolo. Por lo menos hasta que coja un poco de confianza.... ¡Poco a poco! ¡Sin agobios!
No me voy a poner a hacerlo todo desde el primer día...
Lo posicionamos con la costura hacia arriba.
A ver si ocurre un poquito de magia... y se hace grande, grande, grande...
En mi caso, no puedo decir que haya doblado su volumen. Pero pasados tres cuartos de hora aproximadamente, como ya me he aburrido de esperar, y veo que el volumen a aumentado... pues me conformo, y sigo con el proceso.
La aplastamos con los dedos, para quitarle el aire que tiene, y para que no se formen burbujas en el pan.
Lo tapamos con un trapo, y lo dejamos que se relaje durante 5 minutos.
No es por nada... Pero el contacto con la masa de pan, ¡es realmente especial!
Acostumbrada al tacto de la masa de las galletas, más enharinada y más consistente, está masa es auténtica. Tiene un olor buenísimo, y coge una elasticidad... ¡Que da gusto!
Si tuviera que elegir..., ¡Me quedo con la masa de pan, antes que con la masa de las galletas!
Y no es por desmerecer...
6.- Ahora toca la elección del molde donde vamos a hacer el pan.
Al ser la primera vez que lo hago, no dispongo de un molde especial.Es por eso, que cojo el típico molde para hacer bizcochos.
Observando la longitud que tiene el molde, alargamos la masa hasta acercarnos a la longitud del molde.
La prensamos lo mejor que podamos.
¡Que no cunda el pánico!
Mientras la enrollo..., tengo la impresión de que la masa, me está saliendo demasiado grande para el molde que tengo.
Pero como no hay más.., ¡Así tendrá que ser!
¡Todo para adentro!
¡Así de bonito me ha quedado!
¡A ver si sabe bien....!
Mientras se precalienta, dejamos reposar la masa.
Cuando el pan haya cogido volumen, y una vez precalentado el horno, lo horneamos 20 min. a 230º.
Pasado ese tiempo, bajamos la temperatura a 200º y terminamos de hornearlo otros 15 min.
¡Hala!
Y después de meter el pan en el horno, como quien no quiere la cosa, me surgió una duda:
Pensé: "No he engrasado el molde. ¿Debería de haberlo hecho? Se me va a pegar el pan, como se me pega el bizcocho si no engraso el molde?"
¡Si os reís, es que sabéis la respuesta! Pero yo..., ¡No lo sabia!
¡Pues no!
Gracias a Dios, realmente no se necesita engrasar el molde, ya que el pan sale perfectamente, como si fuera un bloque de ladrillo.
Pero si parece una ballena... Tremendo por la parte derecha,,,
¡Pero bueno... tiene su encanto!
¡Rústico, rustico!
Lo dejamos que se temple un poquito, y lo ponemos a enfriar sobre una rejilla.
¡Y ya está!
No puedo dejar de repetirlo: "Me ha encantado hacer pan"
Y ya se lo he dicho a la familia: "De aquí en adelante, el pan de casa... ¡Lo hago yo!".
¡Con lo bueno que me sale...!
En fin... ¡Continuará!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchísimas gracias por vuestros comentarios!