1.- Aplicamos glasa sobre la superficie que nos interesa.
2.- Damos vuelta a la galleta. Y la presionamos sobre un cuenco con azúcar blanco.
3.-¡Sorpresa!
¡Parece que ha nevado!
La galleta, queda lucida, de verdad.
Fijaros en el jersey del osito, las partes eternas están hechas con esta técnica.
¿Lo observáis en la foto? No sé si se ve demasiado bien.
¡Pero creerme! Queda muy bien. Y lo mejor es que a los niños les encanta.
Venga, seguimos profundizando un poco más con esta técnica, y luego os enseño a hacer estas divertidas piruletas de galletas. ¿Os parece?
¡Pues, nos ponemos manos a la obra!
¡Así es como aplicamos el azúcar!
Presionamos un poquito sobre el azúcar..., y ¡listo!
Y sin gran esfuerzo, además.
Ahora os cuento otra cosa:
Como quien no quiere la cosa, siempre se puede cometer un pequeño error, que nos estropeará tan sencilla acción.
Y como yo lo cometí..., ¡Pues os cuento!
¡No se como me las arreglo! Pero es que, lo llevo en la sangre. Todo lo que hago, lo intento hacer lo más rápido posible.
Como no podía ser de otra manera, cogí el osito, le glaseé el jersey, y como ya os he contado, como soy una impaciente, me precipité.
Quise aplicar el azúcar, sin pérdida de tiempo.
¡Y me salté un paso súper importante!
Para aplicar el azúcar, la galleta tiene que estar bien seca.
Hay que esperar mínimo un día. Ya que si no... ¡pasa lo que pasa!
El azúcar se pega por toda la galleta, y no hay quien lo quite.
Mirar las tres fotos siguientes. Son las del osito que no dejé secar el tiempo suficiente.
Para cuando le apliqué el azúcar, ya estaba sequito del todo.
Y mirar la diferencia. ¿Es notable, verdad?
Y una vez de contaros este pequeño truco, comenzamos con la galletas piruleta.
1.-Ponemos el palo y horneamos:
Preparamos la masa de galletas, tal y como lo hacemos siempre.
Esta vez, las galletas las haremos un poco más gruesas de lo habitual.
Yo normalmente, hago las galletas de un espesor de 4mm.
Pero para introducir el palo correctamente, y para que no se nos rasgue la masa, conviene que las galletas sean de un espesor de 10mm.
Cuando la masa está bien fría, cogemos un palo de estos que se utilizan para las brochetas, y lo introducimos en la galleta.
El inconveniente de estas galletas, es que al tener el palo, ocupan mucho más sitio de lo habitual en la bandeja de hornear.
Pero merece la pena, ya que quedan preciosas.
Para ponerlos súper bonitos, les ponemos el envoltorio apto para alimentos.
Aquí tenemos a la parejita
Existe otra opción.
En vez de poner el palo a la galleta, hacemos una pequeña trampa, y lo ponemos pegado al plástico.
¡Y el resultado es estupendo!
Y se nota un poco, pero no pasa nada.
El resultado es muy similar.
Apenas se nota la diferencia, y es verdad que el trabajo de uno y de otro, no es el mismo. ¡Ni de lejos!
Además, es cierto, que en general, el trabajo que tiene el hacer una galleta de estas, no se valora demasiado
Cuando llegan a las manos de los niños, se los comen sin piedad. Y tu obra de arte, que te ha supuesto tu tiempo, desaparece al segundo. ¡Visto y no visto!
Por lo que nada... Hay que aprender a simplificar.
Y a gastar el tiempo, pensando en como simplificar.
Venga, pues eso es todo por hoy.
¡Hasta la siguiente!
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