03 octubre, 2014

31.-Las galletas piruleta.

Antes de meterme en faena con las galletas piruleta, os enseño un truquito muy sencillo, y que queda la mar de bien.
1.- Aplicamos glasa sobre la superficie que nos interesa.
2.- Damos vuelta a la galleta. Y la presionamos sobre un cuenco con azúcar blanco.
3.-¡Sorpresa!
¡Parece que ha nevado!
La galleta, queda lucida, de verdad.
Fijaros en el jersey del osito, las partes eternas están hechas con esta técnica.
¿Lo observáis en la foto? No sé si se ve demasiado bien.
¡Pero creerme! Queda muy bien. Y lo mejor es que a los niños les encanta.

Venga, seguimos profundizando un poco más con esta técnica, y luego os enseño a hacer estas divertidas piruletas de galletas. ¿Os parece?

¡Pues, nos ponemos manos a la obra!
¡Así es como aplicamos el azúcar!
Presionamos un poquito sobre el azúcar..., y ¡listo!
¡Mirar como queda el conejito de mono!
Y sin gran esfuerzo, además.

Ahora os cuento otra cosa:
Como quien no quiere la cosa, siempre se puede cometer un pequeño error, que nos estropeará tan sencilla acción.
Y como yo lo cometí..., ¡Pues os cuento!
¡No se como me las arreglo! Pero es que, lo llevo en la sangre. Todo lo que hago, lo intento hacer lo más rápido posible.
Como no podía ser de otra manera, cogí el osito, le glaseé el jersey, y como ya os he contado, como soy una impaciente, me precipité.
Quise aplicar el azúcar, sin pérdida de tiempo.
¡Y me salté un paso súper importante!
Para aplicar el azúcar, la galleta tiene que estar bien seca.
Hay que esperar mínimo un día. Ya que si no... ¡pasa lo que pasa!
El azúcar se pega por toda la galleta, y no hay quien lo quite.
Mirar las tres fotos siguientes. Son las del osito que no dejé secar el tiempo suficiente.


Este de abajo en cambio, es otro osito, que tuvo la suerte de que le deje secar el tiempo adecuado.
Para cuando le apliqué el azúcar, ya estaba sequito del todo.
Y mirar la diferencia. ¿Es notable, verdad?
Aquí tenéis otro ejemplo.

Y una vez de contaros este pequeño truco, comenzamos con la galletas piruleta.
1.-Ponemos el palo y horneamos:
Preparamos la masa de galletas, tal y como lo hacemos siempre.
Esta vez, las galletas las haremos un poco más gruesas de lo habitual.
Yo normalmente, hago las galletas de un espesor de 4mm.
Pero para introducir el palo correctamente, y para que no se nos rasgue la masa, conviene que las galletas sean de un espesor de 10mm.
Cuando la masa está bien fría, cogemos un palo de estos que se utilizan para las brochetas, y lo introducimos en la galleta.
El inconveniente de estas galletas, es que al tener el palo, ocupan mucho más sitio de lo habitual en la bandeja de hornear.
Pero merece la pena, ya que quedan preciosas.
Mirar que monos quedan después de glasearlos.
2.- Los envolvemos:
Para ponerlos súper bonitos, les ponemos el envoltorio apto para alimentos.
Los cerramos, y los decoramos con un lacito en la parte inferior.
Aquí tenemos a la parejita 
3.- Otro truco para l@s mas perezos@s:
Existe otra opción.
En vez de poner el palo a la galleta, hacemos una pequeña trampa, y lo ponemos pegado al plástico.
Pegamos el palo con un poco de celo.
Introducimos la galleta dentro.
¡Y el resultado es estupendo!
Lo miramos por detrás...
Y se nota un poco, pero no pasa nada.
El resultado es muy similar.
Aquí os los presento, a todos juntos.
Apenas se nota la diferencia, y es verdad que el trabajo de uno y de otro, no es el mismo. ¡Ni de lejos!
Además, es cierto, que en general, el trabajo que tiene el hacer una galleta de estas, no se valora demasiado
Cuando llegan a las manos de los niños, se los comen sin piedad. Y tu obra de arte, que te ha supuesto tu tiempo, desaparece al segundo. ¡Visto y no visto!
Por lo que nada... Hay que aprender a simplificar.
Y a gastar el tiempo, pensando en como simplificar.
Venga, pues eso es todo por hoy.
¡Hasta la siguiente!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchísimas gracias por vuestros comentarios!