¡Me encanta glasear galletas!
Pero el trabajo que tiene... ¡No lo sabe nadie! Solo el que l@ practica.
Es por ello, que últimamente, me ha picado la curiosidad por conocer la técnica del papel de azúcar.
No hay duda de que tiene que ser una técnica más rápida que la de la glasa, seguro.
¡Y lo tengo que probar!
¿Que no conocéis el papel de azúcar?
¡Bien! Pues, es un papel comestible, como ya lo habréis adivinado hecho de azúcar, que se decora con tinta comestible. Estas tintas se utilizan en unas impresoras especiales para este tipo de papel, obleas, choco transfer...
Siguiendo con mi empeño de conocer algo más sobre este tema, hace unos pocos días, me apunté a un curso.
Ya sabéis, que los cursos son lo mío. Soy adicta a los cursos. ¡Me encantan! Aprender, aprender...
Lo hice en Pamplona, junto con Patricia, en experimentosconazucar.
El curso consistía en aprender a decorar 5 galletas, utilizando el papel de azúcar.
La verdad es que durante las 5 horas que duró el curso, no me dio tiempo a aburrirme. Ya que anduve a tope, incluso medio estresada.
¿Por qué? Pues porque mis compañeras, eran mucho más rápidas que yo. Pero bueno, ni tan mal. Lo llevé muy bien, ya que me lo tomé con filosofía. Si terminaba las 5 galletas, bien, y si no, también.
Además, Patricia que es un sol, (se nota que es enfermera, vaya calidez que tiene), me ayudó en muchísimas cosas.
¡Mirar! Estas son las galletas que decoramos.
¿Queeee? ¿Preciosas verdad?
Os las enseño un poco más a detalle.
1.- El cuadro de la gallina:Cortamos el dibujo elegido, con unas tijeras normales.
Lo pegamos directamente a la galleta.
Para pegar el papel, se utiliza un sirope de maíz. En este caso, utilizamos uno de la marca KARO.
En caso de no tener sirope, también se puede pegar con un poco de mantequilla, ó miel.
Contorneamos el dibujo con glasa marrón de delineado.
Y nos pusimos a hacer una gallina de fondant.
Que... ¿Cómo conformamos la gallina? Pues lo hicimos con la ayuda de un molde de silicona.
El molde, tenía la forma de la gallina. Lo rellenamos de fondant de color blanco, lo extraimos, ¡y listo! ¡Rápido, sencillo, y muy vistoso!
Una vez secado todo el conjunto, pintamos la gallina con colorante en polvo, diluido en un poquito de alcohol.
Y para dar un toque final al marco realizado con el delineado marrón, lo bañamos con un pincel con colorante metálico, también diluido en alcohol.
Esta segunda galleta, lleva el mismo proceso que la anterior.
Se diferencia principalmente, en la forma que le dimos al marco exterior.
Este marco, lo hicimos con una boquilla de estrella.
La glasa utilizada, fue una glasa dura. Es decir, sin agua añadida, para que la glasa no perdiera la forma.
Para darle el toque dorado final, le aplicamos la misma técnica utilizada en la anterior galleta.
3.- Perro salchicha:
Y aquí os presento, al... ¡Perro salchicha!
Es un perro muy resultón. ¿No os parece?
Para que el papel cogiera volumen, empezamos alisando con un rodillo antideslizante especial para el fondant, pasta portuguesa de color blanco.
En este curso utilizamos pasta portuguesa en lugar de fondant. Ambas son similares, pero la pasta sabe mejor.
Así pues, humedeciendo el fondant con agua, le pegamos el papel de azúcar encima. En este caso, el papel lo pegamos sin cortarlo previamente.
Seguidamente, presionando el cortador de perro fuertemente para que el corte quedase limpio, cortamos el conjunto de la pasta y el papel de azúcar.
Utilizando sirope de maíz, pegamos el conjunto sobre la galleta.
Y para que la terminación de los bordes fuera la adecuada, con la ayuda de nuestros deditos, fuimos redondeando la pasta portuguesa, con muuuuucha paciencia.
El último toque, fue pegarle un lazo que era de tela, no comestible.
Lo pegamos con glasa.
4.- Matriuska:
Como bien os podéis imaginar, esta galleta, fue la estrella de la tarde: La Matriuska.
Para hacerla, utilizamos la misma técnica que en la galleta anterior.
Alisamos la pasta portuguesa, y le pegamos el papel de azúcar por encima.
Una vez cortado con el cortador, aplicamos el sirope sobre la galleta, y pegamos el conjunto.
Seguidamente, redondeamos las esquinas utilizando los dedos.
Recordar: Siempre que peguemos sobre la galleta, se utiliza sirope de maíz, para no humedecer la galleta.
La puntilla rosa, es de pasta portuguesa cortado con tijera de formas especiales (ondas, zig-zag...), de estas que utilizan los peques para cortar el papel.
La carita, es de fondant con un poco de colorante Ivory, para conseguir el color carne.
Los ojitos, se hacen con la herramienta de sonrisas, que viene en los kits de manipulación de fondant.
Y las pestañas, se dibujan, con un rotulador comestible muy fino.
¡Cuidado! Antes de utilizar el rotulador, hay que dejar secar bien la pasta portuguesa.
El pelito lo cortamos con el mismo cortador redondo que utilizamos para conformar la cabeza. Una vez cortado, le dimos forma.
Para dar forma a las flores, utilizamos cortadores de fondant.
Otra vez, ¡Cuidado! Hay que tener cuidado, al pegar la pasta portuguesa.
No hay que echar demasiada cantidad de agua. Con un poquito vale. ¡Lo suficiente como para humedecer!
Y para terminar, para hacer la puntillita blanca, utilizamos glasa de delineado.
¡Fijaros bien! Le damos la forma de un arco, y ponemos 3 puntitos alrededor.
Y este osito, lo hicimos con un cortador de patchwork.
En este caso, el espesor de la base de la pasta portuguesa, fue menor. Esto lo hicimos, para ayudar a que el corte patchwork saliera correctamente. Si lo hubiéramos puesto de mayor espesor, no hubiera cortado bien.
En un principio, la sensación que da viendo el resultado de este cortador, es que queda un poco chapucero.
Pero finalmente, delineando las costuras, el osito coge otra pinta.
El resultado..., ¡mucho mejor de lo esperado!
Una tarde súper interesante, y provechosa.
Y no puedo decir otras cosa. Me ha encantado la técnica del papel de azúcar.
Seguro que la utilizaré mucho, sin lugar a dudas.
Os dejo con la preciosa y dulce carita de la Matriuska.
Dan ganas de dormir, ¿verdad?
¡Eeeeeee! Que todavía no me voy, ¡no!
Como no podía ser de otra forma, después de este fantástico fin de semana, y con todas las ganas del mundo, hemos optado por empezar a hacer pruebas en casa.
La pena ha sido, que solo tenia unas pocas muestras de papel de azúcar.
Pero bueno, lo suficiente como para probar.
Y como veis, ayuda no me ha faltado.
Bonito, ¿verdad?
¡Muy artístico!
La experiencia de hacer pruebas junto con los niños, ha terminado en una sencilla conclusión.
Es difícil concentrarse en hacer galletas, cuando tienes a dos enanos haciendo lo mismo.
Difícil, no. ¡Imposible!
Qué os voy a decir... ¡Terminamos los tres enfadados!
La siguiente vez, cuando ellos decoren sus galletas, yo miro, y les ayudo.
Pero todos a la vez, ¡ni soñar!
¡Que eso no funciona!
Estas galletas, son lo poco que he podido hacer yo.
Hala pues, la siguiente vez que me ponga a hacerlo en casa, lo haré mejor, seguro.
¡Algo por lo menos, ya he aprendido!
¡Ondo segi! ¡A pasarlo bien!
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