1- Cuidando los pequeños detalles

Decía que no me había dado cuenta, pero no era verdad.
¡Por supuesto que me había dado cuenta!

Durante estos últimos años, he perdido la habilidad por cuidar esos pequeños detalles, que ayudaban que el día a día fuera un poquito más agradable, si cabe.

¡Ahora bien! Como tengo mucha suerte, y soy bastante ("muy") tozuda, me he propuesto que voy a volver a recuperar estos pequeños detalles, que por supuesto están casi todos en mi mano (ó por lo menos cerquita de mi mano).

Estoy convencida, que por mucho que me cueste, este esfuerzo me va a merecer la pena. Y voy a intentar plasmarlo en un blog: Mi blog de los detalles con encanto. Seguro que le tomo el gusto.


Así que, me voy a poner a trabajar enseguida, me lo voy a proponer, y lo intentaré sin pensar en nada ni nadie más.
Puede que lo consiga ó puede que no...
Pero lo que siempre voy a evitar por todos los medios, es quedarme con la duda del ' Si hubiera...'.
No soporto quedarme en ese desafortunado punto. Es peor que ... cualquier otra cosa.

PUES NADA, A INTENTARLO TOCA!

Vamos pues, con un perfecto detalle, para un día estupendo:

Empezaré con un detalle sencillo, pero muy importante:

1.- Venga ánimo!... Tengo que desgastar mi sonrisa!

Pero vamos..., tranquila. tranquila.., no voy a empezar a agobiarme nada más empezar, sin más necesidad...

Para ello, voy a hacer una pequeña trampa de brujita buena, para obtener la mejor sonrisa del mundo mundial.

Para que el golpe de esfuerzo no sea muy fuerte, y me ponga demasiado optimista de repente, y descoloque a todo mi alrededor, no dudo en pedir ayuda a mi dulce y despampanante ayudante, que siempre está dispuesto a cualquier propuesta.

Ahí va la sonrisa de mi niño!

No os parece, que con una sonrisa de estas, llena de ilusión y energía, nos va a alegrar el día a cualquiera de nosotros?

Venga ánimo!

COMENZAMOS A UTILIZAR LA SONRISA, HASTA QUE NOS SALGAN AGUJETAS!

¿QUIEN SE APUNTA?