29 marzo, 2015

52.- Nuestro Osito Paddington

Un Sábado por la tarde, hace unas poquitas semanas, me fui al cine con los niños.
Lo teníamos claro: Íbamos a ver la película de Paddington.

La película trata, sobre un osito que llega en barco, desde Perú.
Mientras espera en una estación de tren en Londres, una familia Británica, los Brown, muestran curiosidad por el.
Y como no podía ser de otra forma, el osito es acogido en dicha  familia.
Aunque Paddington hace todo lo posible por acoplarse a sus nuevos dueños, no puede evitar el meterse en un lío tras otro.
¡Le pasa de todo! 
Varias curiosas y graciosas situaciones, hacen que la película, sea una auténtica delicia. 
 
 
Después de ver la peli, comer palomitas, beber Coca cola..., vamos, lo típico que hacemos en el cine, los tres, y digo los tres, ya que yo también me incluyo, salimos enamorados de ese osito tan tierno.
Desde entonces, somos sus fans número uno.
Seguramente no tendremos esa suerte, pero si lo viéramos en la estación de Renfe, no lo dudaríamos: Nos encantaría traerlo a casa, y que viviera con nosotros.

Así pues, con el osito dando vueltas por mi mente, hace unos días, se me ocurrió que podía comprar un libro suyo.
¡Estaba segura de que lo íbamos a disfrutar!
La decisión era buena. Pero... ¿Donde lo iba a comprar?
Pues donde va a ser: ¡En internet!
¡Y... no es por ser negativa, pero es que tengo un ligerísimo problema!
No me siento cómoda comprando libros por la red.
Antes de comprarlos, me gusta verlos, examinarlos, abrirlos, cotillearlos, notar su tacto, observar la tapa, el tamaño de letra..., y en definitiva... ¡Ver qué pinta tienen!
Pero desgraciadamente, para una chica de pueblo, no resulta sencillo el tener la oportunidad de manosear los libros que te interesan.
Como mínimo, tengo que desplazarme a grandes superficies, tipo Eroski, Carrefour...
Y si tengo mucho interés, aprovecho cuando me acerco a la ciudad, para ir a la Fnac, a El corte inglés...
Pero esta vez, como no me venía bien el ir ni a Donosti ni a Vitoria, me he tirado a la piscina, y me he animado a pedir algunos libros por internet.
Total, pensé... "Los voy a escoger por internet, y que salga lo que salga. Si acierto, bien. Y si no, también".
Así pues, pedí el libro de Un oso llamado Paddington, tan tranquilamente, imaginándome que sería un cuento de ilustraciones.

Hace nada, el Jueves, cuando nos llegó la notificación de entrega, me cogí a los niños, y fuimos todos juntos a recoger el libro a Correos.
Abrimos el sobre... y... ¡Sorpresa! ¡Sorpresa!



Cogí el libro, y resulta que era un libro escrito, un buen tocho, con muy pocas ilustraciones.
Además, aunque esto ya lo sabía, era en Castellano.
Lo de Castellano, lo digo, porque mis niños, están acostumbrados a leer en Euskera.
Pero bueno... Me había arriesgado, y yo era consciente de que me podía asar algo así.

Pero cual fue mi sorpresa, que a Iker, al peque de 7 años, le encantó el libro.
Y ahora, lo guarda como si fuera su mayor tesoro.
Cada cierto tiempo, me aparece con su libro, y se pone a leer.
Es muy gracioso, ya que tiene un acento de vasco, que no veáis...
Pero el... ¡tan tranquilo!
Me gusta verle leer. ¡Resulta encantador! Parece mayor y todo...

Así pues, como homenaje a nuestro osito encantador, no podía hacer menos que dibujarlo.
El dibujo lo he copiado de una ilustración que he encontrado en su pagina web. Por cierto, os dejo el enlace. Osito paddington
He disfrutado mucho dibujándolo. Ya que tenía capricho de hacerlo.
Y como siempre, os enseño el paso a paso:

22 marzo, 2015

51.- Cuaderno decorado DIY

Hacía ya un tiempo que no me animaba con un post DIY.
Como habéis visto, en las últimas entradas, me ha dado por el Photoshop.
¡No tengo nada que esconder! Confieso, que Photoshop me ha enganchado en sus redes.
Me chifla, y cada día más.
Pero en la entrada de hoy, me voy a "forzar" a hacer un DIY, que también me gusta.
Así pues, esta vez, voy a mostraros como podéis decorar un cuaderno de una forma sencilla.
Como ya os comenté en alguna entrada previa, soy una apasionada de los artículos de papelería.
¡Me encantan! Y cuanto más colores tengan, ¡mejor que mejor!
Como ejemplo, este cuaderno que veis en la foto.
Es morado. Y lo compre con serias dudas.
¿Qué por qué tenía dudas? Pues ya os lo he dicho... ¡Porque es morado!
Y el morado precisamente, no es uno de los colores que más me apasionan.
Me gusta el lila..., pero el morado no me termina de convencer.
Y que os voy a contar, como ya me conozco, cuando compro algo y tengo dudas de si me gusta o no.... ¡Malo!
Eso se traduce, en que terminaré transformándolo de una forma u de otra.
No os penséis, esto lo hago con cualquier objeto que no me convence. No solo con los cuadernos.
Pero es cierto, que como los cuadernos, son tan fáciles de cambiar... Pues eso... ¡A cambiar toca!
En un principio, como podéis ver, era  de color morado sin más.
Y yo, como quería darle un toquecito nada más comprarlo, le puse dos tiras de Washi Tape en forma de cruz para decorarlo con sencillez.
¡Pero que va! Aunque con el Washi Tape había mejorado un poquito, el dichoso cuaderno seguía sin convencerme.
Tenía que hacer algo.
¡Manos a la obra!


Así pues, lo primero que hice, fue abrir el armario. Recopilé todos los papeles de Scrapbook que encontré. Y me puse a mirar, sus diferentes estampados.
Como habréis adivinado, mi primera intención era, la de forrar el cuaderno completo.
Pero mientras miraba los estampados, mis ojos se dirigieron hacia una postal que tenía en la estantería donde guardo todos mis 'cacharros'.
¡Pero qué postal más bonita!
¡Muy de mi estilo!
¿Conocéis los dibujos de estas niñas? Seguro que los habéis visto en algún sitio.
¡A mi me encantan!
Tanto mi niña Izaro como yo, tenemos varios complementos de la colección inglesa de Santoro's Gorjuss. Luego os los enseño.
Mi flechazo con estas niñas, comenzó en la sección de papelería de El corte ingles.
Nada mas verlas, me quedé con el nombre Santoro's.
Cuando llegué al coche, saqué la libreta, y apunté el nombre en ella: Santoro's.
Y nada más llegar a casa, me senté en el ordenador, y las encontré en la red.
Tienen unos dibujos preciosos.



Y sin más, os enseño el paso a paso de la transformación:
¿Comenzamos?

15 marzo, 2015

50.- Galletas de colores

El pasado martes, aprovechando que tenía que ir a la ikastola de Iker a contarles cosas sobre mi profesión, se me ocurrió, que podía hornear unas galletas para tod@s ello@s.
27. Son 27 niñ@s.
Como siempre, mi pequeño ayudante, se me presentó de voluntario.
Las galletas, las íbamos a hacer Iker y yo. ¡Mano a mano!
El plan era bueno.
Pero como siempre, tenía un serio problema, que últimamente me persigue sin compasión.
El tiempo, el tiempo... ¡Apenas disponía de tiempo para hacer las galletas!
En un principio pensé en las galletas decoradas con glasa. ¡No hay duda de que son preciosas si!
Pero tal y como ya os he comentado varias veces, necesitan muchísima dedicación. Si te dedicas a eso, pues bien... Pero como no es mi caso...
Y solo con empezar a pensar en el diseño, dibujarlo en Photoshop, hacer la glasa, colorear la glasa, decorar las galletas,... ¡Uffff! ¡Cada día me cuesta más y mas!
No es práctico. ¡Tienen muchísimo trabajo...!
Entonces... ¿Qué es lo que podía hacer?
Necesitaba un plan B... ¡Pues vaya plan!
Pero el caso era, que lo veía todo en blanco y negro. Con las intenciones tan buenas que teníamos...

 
¿En blanco y negro? ¡Pero cómo! Pero si yo me identifico con la reina de los colores... Si únicamente se pensar en colores...
Tenia que haber una solución. Tenía que ser algo rápido y sencillo a la vez.
¡Ya está!
Me acorde de las galletas de colores... Preciosas, y con poco trabajo.


Así pues, sin pérdida de tiempo, empezamos a hacer las galletas.
Os explico como las hicimos.

08 marzo, 2015

49.- Las bicicletas son para el verano. ¡Pero si todavía estamos en Marzo...!

Normalmente, cuando pienso en cual será la temática de la siguiente entrada, me fijo en algún objeto que me gusta, o en algo que me ha pasado recientemente.
¡Pero esta vez ha sido diferente!
Me pregunté... ¿Y qué hago esta vez?
Así pues, abrí Photoshop, y me puse a dibujar una bicicleta.
¿Que por qué una bicicleta?
Pues no lo sé, me salió así, sin más.
¡Que viva la espontaneidad!
Pero no fue todo tan sencillo... Cuando llevaba un tiempo dibujando la bicicleta, me di cuenta, que no me estaba saliendo tal y como yo lo había imaginado. La verdad, no me terminaba de convencer.
Pero me dije... ¡Venga, sigue! Ya que sé, que cuanto más desarrollo un dibujo, siempre sale algo bonito y positivo.
Así que continué con el trabajo, lo decoré lo más finamente que pude, y finalmente, me gustó el resultado.
¡Para satisfecha, pues... una misma!
¡Ya veis! Es bueno animarse una sola.

Como siempre, os cuento el paso a paso.
Comenzamos:

01 marzo, 2015

48.- Los cuatro Cerditos

Cuando a mi me da por comprar algo... ¡Peligro!
Y ahora de repente, la verdad no sé por qué, me ha dado por los cerditos redondos y lirondos.
Los encuentro tan bonitos, e irresistibles, que no puedo con ellos. Me los llevo a la cesta, sin pensarlo.
Aquí os presento a tres de los cuatro cerditos, que han aterrizado por casa.

Los dos primeros, los pequeñitos, los compré con la excusa de los niños.
Como buena madraza que soy, tengo el deber de inculcarles los valores del ahorro.
Que aprendan, que aprendan...
Y el tercer cerdito, el grandote, lo vi en Zara Home, y me enamoré de el.
Como ya no tenía excusa, y me tenía que inventar una, lo compré con el objetivo de llenarlo de dinero. Dinero, que comenté a mi pequeña familia, que utilizaremos para hacer un viaje a Nueva York. ¿Casi nada verdad?
¡En menuda me he metido!
He comprado un Cerdito, y ahora tengo que ahorrar miles de euros. Mira que... mejor si me hubiera quedado en casa...
¡Pero bueno! ¡Vamos a ser positivos!
Tendré que comprarme todos los cerditos existentes en el mundo, para tener sitio para reunir todos esos euros.
¿Qué os parece? Ya tengo excusa para comprarme miles de ellos.
¡Objetivo cumplido!
Y el cuarto cerdito,... ¡Os lo presento también!
Este que veis aquí, es mi cerdito virtual.
Al que no se le puede meter dinero, pero es igual de mono.

¿Os enseño el paso a paso del cerdito?
Ahora lo veréis. Fácil, fácil.